PROSPERIDAD DE LA SALUD

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3 Prosperidades con Dios es el artículo principal de esta web y de donde deriva la mayoría de los artículos.

:: LO MEJOR DE LA CAVA:
Dios quiere bendecirnos, no solo en una, sino, en todas las áreas de nuestra vida:
la Prosperidad del Alma,
la Prosperidad de la Salud y
la Prosperidad Económica


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esta sección contiene el índice desde donde podrás seleccionar los artículos de tu interés.


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aquí, te enterarás de las últimas publicaciones de editoriales y librerías cristianas y tendrás un extracto de los títulos más destacados del 2013.


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:: POSTRES Y DULCES
son las Promesas que Dios tiene para nosotros. Existen más de 7,000 promesas en su Palabra, ¿cuántas conoces y de cuántas te has apoderado?

:: PROSPERIDAD DE LA SALUD


Cuando estuvo, entre nosotros, Jesús dedicó las dos terceras partes de su ministerio a sanar enfermos para:

1. Demostrar mediante la sanidad divina que Él era el enviado y que esos actos de sanidad los realizaba el mismo Dios; y si nosotros creemos en Jesús, también debemos ser sanados.

2. La gracia y la misericordia de Jesús trajeron como consecuencia la sanidad física. Jesús no fue indiferente al dolor de los enfermos y, por su compasión, los sanaba; tal es el amor de nuestro Salvador: no solo recibimos su perdón por nuestros pecados sino que también, somos sanados de toda enfermedad por el poder de su sangre derramada en la cruz (… por sus llagas fuimos curados, Isa. 53:5).

Dios no provoca la enfermedad, al contrario, su deseo es sanarnos; Él es Yaveh Rofekah, el Señor que sana, el que pactó con el pueblo de Israel en el desierto pidiéndoles que guardasen su Palabra y que ninguna enfermedad los tocaría (Éxo. 15: 25-26).

PROSPERIDAD DE LA SALUD

En la actualidad, este mismo pacto sigue vigente pero sobre nuevas y mejores bases y más promesas: la sangre redentora de Cristo. Por su sangre y obra redentora, tú y yo quedamos sanos de toda enfermedad tanto espiritual como física y por esa misma razón, toda persona enferma puede obtener su sanidad al 101% acercándose a Cristo.

Tal es la gracia de Dios para nosotros así que si aceptas que Cristo te redimió en la cruz por tus pecados, debes de aceptar con esa misma convicción que Cristo también te redimió de todas tus enfermedades y dolencias. No puedes creer solo en una parte de la redención de la sangre de Cristo y negar la otra parte. Esta verdad que expresa la Palabra de Dios, no puedes alterarla ni negarla. Simplemente las tomas o las dejas pero, ojo, lo que no puedes hacer es creer solo en una de ellas y dejar incompleta la redención para tu vida.

A ver, piensa un poco (no cuesta mucho), ¿cómo crees que Jesús no va a poder sanar nuestras enfermedades físicas, si puede sanar nuestras enfermedades del alma y espirituales que son peores? Una vez más, somos nosotros los que no le creemos, lo cual ya es un problema de fe.

Por eso, debemos estar firmes en la Palabra de Dios y debemos hacernos amigos del Espíritu Santo porque es Él quien genera, en nosotos, la fe para nuestro bien.