Cuando entras a una habitación oscura, lo primero que haces es buscar el interruptor de luz para encenderla, verdad? Ahora, cuando te encuentres en una circunstancia adversa simplemente haz lo mismo; no, no prendas la luz; me refiero a que actives la fe que tienes en tu Dios!!!
¿Te acuerdas de la mujer que padeció de flujo de sangre por doce años (Mar. 5:25)? Pues bien, lo espectacular de este pasaje no es la enfermedad de la mujer sino, la fe rotunda y contundente que ella tenía en que Jesús la sanaría; razón por la cual la mujer obtuvo lo que quería. Por un lado, la mujer quería vivir a pesar de su salud nefasta; y por otro lado, Jesús está dispuesto a responder aún hoy a quienes le buscan con fe, sabiendo que Él vive. Y cuando estos dos factores (uno, tu fe y dos, la disposición de Jesús para responder) se unen, ¿qué crees que podría suceder? Aquí, te dejo cuatro pasos que, con seguridad, te ayudarán a activar tu fe.
PRIMERO: a ver, por un millón de dólares, responde a la siguiente pregunta: qué tienen en común estos personajes bíblicos:
1. La mujer que padecía de flujo de sangre. 2. La viuda de Sarepta de Sidón (1 Rey. 19:9). 3. El sirio Naamán, general y leproso (2 Rey. 5).
Estos tres personajes tenían un deseo ardiente de encontrar al Señor y recibir vida de él; Y ese espíritu inquebrantable de estas personas fue lo que impresionó y gustó a Dios, por eso el Señor arreglo las circunstancias de tal modo que encontraron la solución a sus problemas. Y es esa misma decisión y deseo que Dios quiere encontrar en ti y en mí; sino, Dios no nos prestará mucha atención.
SEGUNDO: cuando venimos a los pies de Cristo, surge este segundo punto: reconocer a Jesús como el Soberano de nuestras vidas; de lo contrario, no esperemos recibir vida de Jesús. Las personas buscan a los pastores para que oren por ellas y así, creen que sus problemas se resolverán como si se tratara de un acto de magia pero, no quieren conocer a Jesús ni leer sus Escrituras. Sin embargo, la gente quiere sanidad por imposición de manos. Romanos 10:17 nos enseña que la fe viene por oír la Palabra de Dios y ya ni te digo lo que dice Romanos 10:14-15. Si una persona no le pone atención a la Palabra de Dios, nunca estará lista para que el mismo Dios realice su obra en ella.
TERCERO: todo cristiano puede poseer esa realidad sobrenatural llamada FE. Comúnmente, se confunde y cree que la fe es entendimiento. Craso error!!! Y prevalece la idea de que si entendemos todo lo que la Biblia dice, entonces, sí podemos tener fe. Craso error!!! El conocimiento es una buena base y necesario para buscar al Señor en forma adecuada pero, la fe solo viene cuando buscamos al Señor con un corazón sincero y ferviente.
Es el Espíritu Santo quien imparte fe a nuestro espíritu por voluntad de Dios. Por eso, la fe no es conocimiento, tampoco es esperanza, es mucho más que todo eso (la esperanza no produce resultados; la fe sí). A ver, cómo te explico, mejor dicho, cómo me explico… mmm… no encuentro las palabras… pero, mira, cuando la fe viene por el poder del Espíritu Santo, tú lo sabes y cuando tú tienes fe, tú la tienes y cuando no tienes fe, simplemente, no la tienes. Podemos saber acerca de la sanidad y tener esperanza pero, no tener fe. Si ese es nuestro caso, podemos escudriñar nuestro corazón, confesar nuestros pecados y esperar a que Dios nos imparta su fe mediante el Espíritu Santo porque la fe no es humana; es sobrenatural porque pertenece a la realidad espiritual ya que es un regalo maravilloso que Dios nos da. Si aún así, no tenemos fe, busquemos a Dios. Si queremos más fe, tendremos que orar y ayunar; y si no viene esa fe, sigamos orando y una vez que recibamos esa fe poderosa, podremos mover montañas. La fe es poderosa y maravillosa pero, no podemos verla ni explicarla porque, repito, pertenece al mundo espiritual, solo podemos sentirla y saber cuando viene con gozo, paz y seguridad.
CUARTO: cuando tienes fe, debes activarla, es decir, ejercerla, ponerla en práctica mediante una acción para que veas resultados positivos en todas la áreas de tu vida, porque cuando tienes fe, algo tiene que cambiar en tu vida y debes de actuar según tu fe; de lo contrario, la fe sin obras está muerta. Si no caminas, empieza a mover la pata, digo, tu piecito; si no trabajas, ve a buscar un empleo porque tú serás el(la) seleccionad@; te va mal en el negocio? Esmérate con el siguiente cliente que Dios te lo está mandando pero, parte de un punto al cual nunca más regresarás. Eso es activar tu fe por medio de una acción; y eso es precisamente lo que Dios quiere: que tú hagas tu parte porque Él hará la suya.
¿Qué hizo la mujer con la que comencé este artículo? Ella dijo si tan solo tocare su manto,
quedaré sana. Ella ya tenía fe, solo la activó. ¿Se molestó Jesús? Jesús se alegró porque Él siempre se pone contento cuando alguien deposita su fe en Él; por eso, le dijo tu fe te ha sanado. Puedes ir a la iglesia, orar, cantar, tocar a Jesús con el brazo de la teología, la apologética y la hermenéutica pero, su poder solo se manifestará cuando lo toques con el brazo de la fe.