Este es un gran tema, léelo todo sin saltearte nada, ojo que te estoy mirando. Si ya hemos aceptado a Cristo como nuestro Salvador, ya somos salvos y formamos parte de la familia de Dios. Lo que tenemos que hacer ahora, es renovar nuestro pensamiento o mente para salir adelante. Cinco serán los obstáculos que se nos presentarán con frecuencia para impedir que renovemos nuestra mente:
1. El DESALIENTO (Sal. 42.5 y Hec. 27) ¿Por qué a veces sentimos temor o pensamientos negativos? Nos desalientan muchas cosas, por ejemplo, las cosas que no nos salen bien en el trabajo, en el negocio, las ventas están bajas, o a nivel familiar surgen conflictos pero, Dios nos dice que permanezcamos tranquilos y que nos acordemos de sus promesas. David y Pablo se sintieron también desalentados, cada uno en su momento. El nivel más bajo del desaliento es cuando creemos que ya no hay nada que hacer pero, tenemos a nuestro Dios que nos enseña que derrotaremos al desaliento con el ánimo y ACORDÁNDONOS DE SUS PROMESAS.
2. LA CONDENACIÓN (Rom 8:1) A pesar de ser cristianos, con frecuencia, nos sentimos culpables y condenados por nuestro pasado (soy cristiana pero robé, soy cristiana pero aborté) pero, acordémonos que Dios detesta al pecado más no al pecador.
Por falta de revelación, el legalismo evangélico enseña que sí se pierde la salvación pero, sepamos de una vez por todas, que nadie va a ir al cielo por su santidad o buena conducta. La salvación es un regalo de Dios para que nadie se gloríe. Sin embargo, debemos tener presente que no es lo mismo la posición frente a Dios que la comunión con Dios. Nuestra posición frente a Dios es intocable, somos sus hijos pero, debemos tener una buena relación con nuestro Padre basada en armonía, conforme es su deseo. Por lo tanto, tenemos prohibido acordarnos del pasado. ¿Cómo derrotamos la condenación? Con LA GRACIA DE DIOS QUE NOS DA LA SALVACIÓN.
3. EL PESIMISMO (1 Sam. 17:32) Debemos echar de nuestra mente todos los pensamientos negativos que arrastramos desde la niñez o primera juventud. Muchas veces, queremos eliminar los problemas que nos agobian (representados por Goliat) pero, de repente surgen nuestros enemigos (representados por Saúl), es decir, los no puedes, no tienes, no sabes, por tu edad, tu pasado te condena...
Por eso es importante quitar, eliminar, derribar, arrancar de raíz todo pesimismo, entendiendo queTODO LO PODEMOS EN CRISTO QUE NOS FORTALECE.
4. EL FRACASO (Rom. 8.28) ¿Quién no ha tenido un fracaso en la vida? Dios nos enseña que a todos los que le amamos, todas las cosas nos ayudan a bien. Para nosotros no existen fracasos, solo existen peldaños por lo tanto, no tenemos por qué llorar sobre negocios quebrados, fracasos del pasado, esposos o hijos que fallecieron. Al ser hijos de Dios, ¿para qué vamos a llorar sobre el muerto? Después de cada derrota, con Dios solo debemos mirar hacia adelante, hacia lo vivo. 2 Cor. 5:17 nos enseña que las cosas viejas pasaron y nuestro Padre hace cosas nuevas. Aprendamos de una vez que para los hijos de Dios no hay fracasos porque VIENEN NUEVAS OPORTUNIDADES.
5. EL AFÁN (Fil. 4:6 y Mat. 6:25) Es fácil estresarse con el ritmo contemporáneo de vida pero, el mismo Dios en su Palabra nos enseña que por nada debemos afanarnos. Nos sería de más provecho, cambiar el afán por la oración y la gratitud a Dios. El afán no soluciona nada y es el peor consejero. En 2 Cor. 10:3, vemos que derribaremos todo argumento, todo afán REPOSANDO EN DIOS.