Cuando exprimes una naranja, sabes que obtendrás jugo de naranja y no de fresa o piña, cierto? Y es que solo se puede obtener lo que hay en el interior de la fruta. Ahora, supongamos que tú eres esa naranja, ¿qué es lo que tienes en tu interior y qué clase de jugo darías?, ¿eres una naranja fresca, dulce y jugosa, llena de amor y afecto y dispuest@ a compartir lo que llevas dentro con los demás? ó ¿eres una naranja seca, hongueada o ácida que temes compartir por quedarte sin nada para ti mism@?
Nadie puede dar lo que no tiene y lo que existe en nuestro interior es lo que daremos; en consecuencia, es también lo que recibiremos. Peor aún, no recibiremos nada si no estamos dispuestos a dar. Por eso, antes de pretender recibir o ser amad@, debemos de llenarnos de amor, cariño, gratitud, compasión, perdón, fe en Dios y confianza en nosotr@s mismos al sabernos hij@s de Dios.
Siempre pensamos en recibir bendiciones y hasta nos creemos con derecho a ello, pero muy poco pensamos en bendecir u honrar a los demás. A continuación, te dejo 5 maneras de cómo nosotr@s mism@s podemos dar honra para recibir bendiciones.
1. HONRAR ECONÓMICAMENTE A DIOS: Traerle a Dios nuestros diezmos y primicias. Honrarle con la mano extendida pero no vacía y no solo con palabras; es necesario que aprendamos a venir al altar con nuestros diezmos y ofrendas. Sé que a muchos cristianos se les hace difícil diezmar, mucho más sembrar (son dos cosas distintas). Estos cristianos piensan que mientras no se les toque el bolsillo, todo está bien; sin embargo, esta actitud negativa frente a los diezmos y ofrendas revela que aún no se ha aprendido a vivir en el espíritu, que aún no se ha madurado pero, todos estamos para aprender.
2. HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE: Este es el primer mandamiento con promesa:
Mandamiento: Honra a tu padre y a tu madre...
Promesa: ...para que te vaya bien y tengas larga vida (Efe. 6:2).
Es decir, amarlos, quererlos, respetarlos, hacernos cargo de ellos económicamente si es necesario, velar por ellos en sus años avanzados. Y los casados, honren a sus suegros!!!
3. ESPOSOS HONREN A SUS ESPOSAS: Aquel esposo que respeta a su esposa, que hace de ella su compañera y no simplemente la madre de sus hijos, aquel esposo que sabe ser el compañero fiel, aquel que no le pone la mano encima, puede estar seguro de que su oración tiene honra (1 Ped. 3:7).
4. ESPOSAS HONREN A SUS ESPOSOS: Dios demanda la misma actitud para cada uno de los cónyuges: amor, comunicación, compañerismo, unión, complicidad, igualdad y respeto. Recordemos siempre que toda honra trae sus frutos (Efe. 5:31-33).
5. HONRAR A LAS PERSONAS DE QUIENES SE APRENDE: Respetemos y amemos a las personas que nos enseñan y de quienes aprendemos, a aquellos que nos imparten la Palabra, ya sean pastores o maestros. Reconozcamos que dedican su tiempo a enseñarnos cuando pueden estar con su familia o simplemente descansando (1 Tim. 5:17, Heb. 13-7). Así, tendremos mayor palabra, mayor conocimiento y por tanto, mayor bendición.
En conclusión, si no honramos a las personas de nuestro entorno más cercano, que son a las que vemos, ¿cómo pretendemos honrar a Dios a quien no vemos? Buena pregunta cuya respuesta acabamos de saber. Y ahora, qué esperas, ve y tómate un jugo de naranja!!!